Cromoterapia
Granada, pionera en el uso de la cromoterapia para lograr el equilibrio emocional
Autora: Dña. Mª José Sánchez Carrión. Doctora en Psicología. Psicóloga del centro de educación especial “Clínica San Rafael” de Granada.
Al definir la inteligencia emocional como “la habilidad de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás “ (Salovery, P. & Mayers J., 1990), parece incompatible con la realidad que nos encontramos cuando hablamos con alumnos con grave o profunda discapacidad psíquica y que, en muchos casos, se acompaña de trastornos de conducta que implican el déficit grave en los componentes emocionales de la autoconciencia, autocontrol, ajuste y enriquecimiento emocional, empatía y habilidades sociales.
Para enfocar de forma adaptativa los problemas de conducta grave que surgen en sujetos con niveles altos de excitabilidad es imprescindible plantearse en la escuela un modelo de enfoque preventivo, una intervención comunicativa, un análisis funcional de la conducta, adaptación de los entornos a la realidad del alumnado y una búsqueda de la estabilidad emocional del alumno con déficit grave de autocontrol.
Algunos alumnos pueden percibir el mundo en el que viven (escuela, hogar, etc.) como amenazante, llegando a convertirse estos contextos sociales en fuente de estrés. Para Martín Borreguero (2004), la prolongada y frecuente exposición a situaciones de estrés favorece la manifestación de alteraciones conductuales y estallidos emocionales.
Los nuevos enfoques educativos para facilitar el control de las emociones en sujetos con déficit en el desarrollo de la inteligencia emocional parten de un modelo proactivo a largo plazo que se centra en modificar las condiciones ambientales y enseñar a los sujetos nuevas habilidades que hagan innecesarios los problemas de conducta. Es un enfoque de apoyo conductual positivo. Teho Peeters (1998, p.19), lo expresa del siguiente modo: “No es ético castigar a alguien porque no es capaz de tolerar determinados estímulos, porque no es capaz de anticipar, porque no comprende las reglas sociales, porque no es capaz de comunicar”.
En este nuevo enfoque se potencia, entre otros componentes de refuerzo educativo, el proporcionar situaciones que relajen y produzcan estados internos de bienestar y tranquilidad.
Carr et al., 1996; Attwood, 1993; Bauer, 1996; Martín Borreguero, 2004, entre otros autores, consideran como medidas útiles para el control de una crisis “tratar de calmar” a la persona relajándola a través del control de la respiración, masajes, acceso a un lugar tranquilo, etc. y para sujetos con deficiencias en la capacidad de autocontrol, la aplicación de la estrategia de tiempo fuera; recursos que pueden ayudarles a reducir la sobrecarga de estimulación externa y la frecuente activación fisiológica que suele preceder a la manifestación de conductas agresivas.
Desde este modelo educativo que potencia contextos proactivos se considera importante que un centro educativo cuente con un lugar de referencia al que pueda acceder el alumno en situación de crisis emocional o para regular su posible presencia.
De este modo, en el colegio de San Rafael, ante los déficits de control de algunos alumnos que llegan a manifestar conductualmente situaciones complicadas en el aula o en la intervención psicoeducativa (violencia física, gritos, llanto, etc.), nos planteamos la creación de un espacio de “time out”/ tiempo fuera que ayude a regular la hipersensibilidad estimular que padecen y/o reducir la excitabilidad que en determinadas situaciones no controlables se producen, debido al trastorno de desarrollo que padecen o a los problemas de regulación emocional que presentan.
Así, surge la creación del espacio de cromoterapia, un lugar específico en el centro escolar que a través de la” sensoterapia,” ayuda al alumno a que se regule su nivel de activación y, por lo tanto, facilita un estado de “vuelta a la calma” lo que permite que cuando salga del espacio se encuentre más calmado y receptivo para poder desenvolverse de una forma más autónoma, controlada y acorde a la realidad de un espacio de convivencia como es un centro escolar.
La cromoterapia que es un método terapéutico que utiliza las unidades vibratorias de la luz llamadas colores, consiste en proyectar unos rayos de color luminosos que se obtienen por el paso de una luz blanca que atraviesa unos filtros. Estos filtros seleccionan en la franja visible unas longitudes de ondas precisas que el ojo percibe como colores.
Los colores tienen la capacidad de calmar, inspirar, excitar, equilibrar o alterar nuestras percepciones, lo cual ya fue tenido en cuenta en la antigüedad y se les llegó a considerar como instrumentos terapéuticos por sí mismos. La cromoterapia utiliza los diferentes colores para cambiar o mantener las vibraciones del cuerpo en aquellas frecuencias que significan salud, tranquilidad y armonía. Desde la década de los 50 del siglo XX se utiliza el color azul (450 nanómetros) en hospitales para tratar la ictericia del recién nacido, ya que la luz ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de bilirrubina. El dr. Szent descubrió que las enzimas y las hormonas tienen color y son sensibles a la luz y cuando son estimuladas con diferentes colores pueden sufrir cambios moleculares que alteran sus colores originales. El color que es un estímulo de luz influye en el ritmo de nuestra vida. Desde el principio de la evolución el ciclo del día y de la noche influye en la compleja fisiología de nuestro cuerpo. Esta relación con la luz solar está siendo objeto de estudio. En la facultad de medicina de Harvard, se ha realizado un estudio en la Unidad del Sueño en donde se analizan los efectos fotobiológicos de la luz, tomando como parámetros de control el estado de alerta, el rendimiento, niveles hormonales y la temperatura corporal. A través de sensores se graba la actividad cerebral en las diferentes situaciones lumínicas. Se ha comprobado cómo los ciclos del día y la noche afectan en la regulación de las emociones e inciden en ciertos trastornos afectivos como la depresión y en ciertas funciones básicas como el sueño; la luz es un componente externo que puede incidir en el estado de alerta de un sujeto, en la fatiga, en el estrés físico y emocional y en los trastornos del sueño.
La luz que es una vibración, una frecuencia se transforma en color y cada color tiene un tipo de frecuencia y un tipo de energía. El ojo humano es capaz de percibir la siguiente franja del espectro electromagnético de la luz cuya distribución aproximada es:
La “sala de cromoterapia” se desarrolla como un procedimiento novedoso para el control de crisis emocionales, siendo su objetivo principal la prevención, interrupción y control de una situación que de otra forma sería peligrosa e incontrolable. Pretende evitar la sobreexcitabilidad en sujetos con deficiente desarrollo de las funciones ejecutivas del córtex prefrontal, lo que provoca un cortocircuito en la regulación emocional. Con este espacio de autorregulación emocional pretendemos reducir el sufrimiento de aquellos alumnos que padecen frecuentes activaciones fisiológicas que se traducen en conductas desajustadas y así poder facilitar un espacio que ayuda a regular el nivel de excitabilidad y conseguir un estado de calma y relax; de tal forma, que cuando el alumno regrese al aula se encuentre en condiciones de participar proactivamente en la experiencia educativa.
“La sala de cromoterapia” debe ser un espacio pequeño acolchado de color blanco, ya que de esta forma podemos proyectar cualquier color llenando la estancia y bañándonos completamente en la luz del color elegido. Se recomienda una duración de 30 minutos de sesión.
La gama de colores escogida son el color azul, verde y violeta, colores que por su frecuencia de onda facilitan un estado de calma. La clave consiste en recuperar el equilibrio del cuerpo y el color es una muy buena herramienta para este fin.
El color azul es refrescante y relajante para nuestro sistema nervioso, aquieta nuestras energías y facilita la tranquilidad y la calma en la mente de quienes están preocupados, excitados o en estado nervioso. El verde es un color que produce efectos sedantes, reconstituyentes, suaves y frescos. Lo usamos como relajante para las ocasiones en que estamos fatigados, tanto física como mentalmente. Se utiliza en cromoterapia para calmar el sistema nervioso, tratar el insomnio y los trastornos psíquicos. Su uso se recomienda para angustias emocionales, estados de cólera, etc. El color violeta se utiliza para combatir estados de angustia, miedo y fobias, además ayuda a disminuir y/o eliminar la rabia y la violencia. Éstos serán los tres colores que utilizaremos en el paquete sensocromático para ayudar a reducir y/o eliminar los estados de estrés y ansiedad.
Asimismo, para crear un entorno de relax, complementaremos el uso de la luz de color con la aromaterapia y la musicoterapia, elementos ya utilizados en nuestra experiencia en la sala de estimulación multisensorial y que tan buenos resultados nos han dado en este sentido.
El perfil de alumnado que puede asistir a estas sesiones es amplio, cualquiera de nuestros alumnos que manifiesten una alteración de su estado emocional puede “entrar” en el espacio de la sala de cromoterapia para reducir su desajuste afectivo-conductual y autorregular su estado de estrés hasta entrar en una situación de calma, momento en el cual está preparado para volver a afrontar las exigencias del medio escolar y propiciar por parte del maestro o personal educativo la enseñanza de nuevas habilidades de comunicación personal y social, reduciendo la presencia de conductas desadaptativas que influyen tan negativamente en la experiencia docente con alumnado con necesidades educativas de carácter permanente y con deficiente control de sus impulsos.
En este sentido, creemos que somos innovadores en cuanto a la creación de nuevos enfoques psicopedagógicos que ayuden a nuestros alumnos a ser personas más autónomas, independientes y aceptadas socialmente en un mundo que no siempre entiende ni quiere comprender a la persona que es diferente y que se expresa, a veces, de forma discordante en una sociedad que cada vez acepta menos la disarmonía de los débiles, en esa búsqueda fútil de la belleza y de la homogeneidad.
En nuestro centro escolar aprendemos diariamente que la verdadera esencia del ser humano se encuentra en cada uno de nuestros alumnos; si les ayudamos a sentir la vida sin dolor ni sufrimiento estaremos ayudándoles a que el mundo tenga significado y belleza para ellos.